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[ NOTAS: FUN PEOPLE ]

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"¡No, ningún líder!", patealearía Nekro al ser presentado como líder de Fun People... Una figura extraña para los tiempos que corren. Basta con sacarle cualquier tema de conversación para terminar, treinta segundos después, hablando de punk, política o fanzines. Como el Principito al revés, nunca se olvida de una respuesta una vez que empezó a liquidarla, aunque por la puerta de la casa tomada donde se hizo el reportaje la gente entraba y salía sin parar, y un niñito de seis años llamado Brian se nos tiraba encima, afirmando a los gritos que el cantante de Fun People era un fantasma. El último hombre famoso que aún no se acostumbra a vivir entre las contradicciones.

Hay mucha gente que piensa que estamos re-felices porque tenemos éxito, porque va mucha gente a los shows, compran los discos, los medios nos dan notas. Pero en eso no está nuestra felicidad. Nosotros queremos cambiar el mundo. Tenemos la esperanza de que en el futuro todo sea mejor. Éxito es tener un mundo sin fronteras, toda gente alegre, sin frío, sin hambre, sin odio. Nosotros sabemos lo que es no tener ni siquiera un equipo, ni donde dormir una noche, a veces no tener ni comida. Ir de un lado para el otro. Vivo en una casa tomada, y estoy contento, pero convivo con gente que manda a sus hijos al colegio y, porque vive acá, el chico es discriminado. "¡Uh, es una casa tomada! ¡Está fuera de la ley!" Y conviví con gente que tiene a sus hijos desaparecidos y siento que también formo parte de ese dolor. Me hace mal todo lo que está pasando, que no haya justicia, que la gente que está en el gobierno ignore todos los problemas que tenemos. No puedo conseguir trabajo por mi forma de ser, o sea: yo quiero ser así, como soy ahora, y si no tengo traje, corbata, pelo corto, no puedo conseguir ni un simple trabajo de cadete. También me jode ser señalado continuamente. Utilizo la banda para protestar por cosas como ésas. El día que no tenga nada por qué protestar no voy a tocar más música, porque para mí es una forma de descargarme y de mandar lo que quiero decir. Tengo el corazón roto pero un alma que tiene ganas de decir cosas. Somos gente golpeada: conocemos el sabor de la amargura. Pero los golpes nos están haciendo tipos listos.

¿Golpes como cuáles?

Con la banda, lo peor fue apoyar a un montón de gente que parecía una cosa y al final terminó siendo cualquier otra. Desilusiones. Hay un tema que habla de todo eso: "Yo no sé por qué vienen hacia mí/no sé quiénes son de verdad/se acercan a mí porque soy popular o qué". Es una cosa que me afecta mucho. Yo no soy de ir mucho a las fiestas del ambiente de la música. No me interesa. Aunque, cuando hay comida, voy un rato, como y me voy (risas). En ese momento o cuando voy a recitales, hay un montón de gente que viene y me saluda, y yo sé que me saluda o que está todo bien porque soy el Nekro de Fun People. Es algo que todos en el grupo tenemos muy claro: dónde estamos y en qué momento estamos. No es que desconfíe de toda la gente, pero uno se da cuenta. Quieren algo de vos. Mucha gente anda por ahí esperando a ver si puede hacer algo con nosotros –currar y esas historias-. A veces terminás de tocar y están todas esas minitas que quieren estar con vos sólo porque sos el cantante de Fun People.

¿Existe una escena hardcore?

No pertenecemos a ninguna escena. O quizá venimos construyendo una nueva desde el 89, pero jamás creímos formar parte de algo así, porque aunque somos una banda hardcore-punk no nos sentimos unidos a todo el resto de las bandas, porque muchas tienen letras realmente estúpidas. Hay gente que va a los recitales porque van chicas: es algo fashion, como se le dice ahora. Si hasta hay bandas que tocan en discotheques y tienen sonido hardcore. La diferencia del hardcore en los 90 no es el sonido, sino la actitud de hacerlo todo de manera independiente. Ahora tenés, en la MTV, a Counting Crows haciendo temas a lo Hüsher Du. Puede que eso le resulte fresco a la gente que creció escuchando MTV o Nirvana, sin saber que había un sonido distinto que venía cultivándose desde los 70. Así que la diferencia ya no está en cómo suena una guitarra. Hasta los Fabulosos Cadillacs hacen temas hardcore, o mejor dicho, música hardcore pero no hardcore. Como Illya Kuryaki y los Babasónicos. No me interesan todas esas historias del rock argentino, que es una basura. No rescato nada excepto V8 y un grupo que se llamaba MIA, Músicos Independientes Argentinos –no por la música sino por la actitud-. Hay toda una escena musical punk entre comillas que reivindica la lucha de otros pueblos. Acá es fácil hablar de Zapata, de Euskadi. Pero no hay ninguna banda que se llame Menem asesino. Sólo toman cosas de otros lados. Reivindican algo que pasa a ser completamente snob. No existe un compromiso real más allá de escribir una letra: hay muchas cosas por hacer, por denunciar. Tenemos que hacernos respetar. Nos están faltando el respeto a toda la juventud y eso no tiene que seguir siendo así. Muchas bandas están diciendo lo mismo que Fun People: Por los que no están, She Devils, La Banda del Cuervo Muerto, Loquero. Nosotros somos los que tenemos más micrófono, pero somos mucha gente, y representamos a muchos jóvenes disconformes. Y eso está todo oculto, porque es más fácil hacerle un reportaje a Cerati.

¿Hay un movimiento detrás de ustedes?

Estamos comprometidos con nosotros y con toda la escena punk, y siento que tenemos que darla a conocer. Esto que nos está pasando –vender discos, gente en los recitales- no lo podemos entender. Porque hacemos la misma música, hacemos lo mismo, nos manejamos de la misma manera que cuando empezamos. Lo que tiene Fun People es que a la gente le gusta o no le gusta: no hay términos medios. Siempre fue así. Para los hardcore no éramos hardcore porque poníamos símbolos de paz y amor, y proponíamos algo diferente: no nos cabían los fachos ni tener amigos skinheads nazis. Muchos pibes que estaban en la movida eran amigos de ellos. Iban a los recitales y, como teníamos temas que no eran típicamente hardcore, nos gritaban putos y nos tiraban cubitos. Para el otro tipo de gente éramos los ultrapunk.

Y antes de Fun People, ¿qué?

Crecí en una familia de padres separados, y siempre sufrí por eso. Cuando sos chiquito no te das cuenta, pero después te duele mucho. El fin de semana vivía en la casa de mi papá en Zárate, y cuando volvía a Campana el domingo a la noche era re-triste. Nunca tuve un lugar. Nunca tuve mis cosas en un lugar. Eso me afectó demasiado. Desde chiquito me la pasé en la calle, con gente mayor que yo. Y cuando escuché que había una música con la que me sentía identificado ... Bueno, vi un video de Iron Maiden –entonces yo estaba escuchando a los Parchís-, y sin saber que se hacía headbanging empecé a mover la cabeza de arriba abajo. Fui a una disquería y me compré varios discos de heavy metal. Iba a los asaltos de mis amigos con mis discos y ya era de otro palo. Me escapaba a ver grupos heavies, colaboraba en fanzines. Había escuchado en un programa de radio que se llamaba Cuero Pesado a Metallica y a Slayer, pero en las disquerías no los conseguía. Un día leí en un diario que había salido una revista que se llamaba Rebelión Rock, que venía con un poster de Metallica. Caí en Parque Centenario, compré la revista en el puesto del Alakrán, conocí a Patricia –del fanzine Resistencia- y a otros más. Me cambió la cabeza, me hice vegetariano, conocí a Crass, a Conflict. Me di cuenta de que el metal no era lo mío. Me parecían estúpidas las letras de Iron Maiden. Mis papás me daban plata para ir a un boliche en Campana, pero yo prefería colarme en el tren con unos amigos para ir a recitales. En fin, no tengo una vida de cuarenta años para contar.

¿Cómo eras en el 89 cuando empezaste con el grupo?

Estaba más metido en una lucha por la liberación animal, el vegetarianismo y esas cosas. En aquel momento me parecía mal usar zapatillas de cuero. Era bastante extremo. No podía ir ni a un asado. Ahora no es que haya perdido la sensibilidad, ni que la matanza de animales no me parezca importante. Pero creo que acá están pasando cosas muy graves. Los dictadores están imponiendo sus historias y sus reglas. Actualmente en la provincia de Buenos Aires a las tres de la mañana tenés que irte a dormir, no podés consumir alcohol a tal hora. ¡Y nadie salta! Los tipos están midiendo hasta dónde pueden llegar. En la última Marcha de la Resistencia en Plaza de Mayo había re-poca gente. Eso está diciendo que hay falta de compromiso, falta interés por lo que pasó y por lo que está pasando. No le importa nada a nadie. Sólo parecen querer tener dinero en el bolsillo para salir el fin de semana, su casa, su televisión, su mujer y su familia, y ya fue ... Tal vez con todo lo que dije parezco dogmático, pero soy un pibe como cualquier otro. Me divierto con amigos, salgo a patinar, a andar en skate. No soy un tipo ultrarrevolucionario: tengo mis distracciones. No me identifico con la clase obrera porque a mí no me cabe trabajar. Siempre me las rebusqué. A veces cuando voy a Campana trabajo en la quinta que tiene mi abuelo y así me hago unos pesos. Trabajé mucho tiempo de cadete. Pero no quiero llegar, como mi papá, a los 50 años y no haber hecho absolutamente nada. ¡Y encima morirse triste! Quizá yo no vea los cambios, pero no por eso voy a dejar de luchar o de protestar.

¿Por dónde pasa la lucha de la que hablás?

Por la vida de todos los días. Esto no es un discurso diferente de una banda de rock. Esto es mi vida. Creo que si toda la gente que no está de acuerdo se une y se deja de decir éste es gay, éste es punk, éste es lo otro, se puede dar vuelta todo. Yo podría hablar de muchas otras cosas, de música, de cómo grabé Kum Kum, pero siempre que me hacen reportajes de este tipo mando cosas así.

¿Te parece que la gente que rodea al grupo te sigue en esto de corazón?

Ni hablar. No toda, pero una minoría sí. Eso tiene que ver con que a veces en los recitales me pongo un corpiño y una bombacha y me gritan gay. ¿Y qué cambiaría en mí si fuese gay? A veces me pongo en bolas, hago cosas para chocar, porque hay pibes que tienen un padre militar, o una familia re-argentina, y de repente les cabe la música de Fun People. Les gusta o no les gusta. A mí me encanta chocarles sus tabúes. Trato de que si sos un macho no vengas más, porque no sos el público que nosotros queremos. Hay gente que piensa que el punk es Sex Pistols, Offspring y Green Day, y no es así. Si hay confusión en la escena punk es por el mal ejemplo que dieron las bandas anteriores de música punk que se hicieron masivas. ¿Qué ejemplo pueden dar esas bandas, si grabaron el primer disco en una empresa multinacional? Hacelo vos mismo, o con gente que tenga que ver con eso. Para mí el punk no es una cosa artística, es una necesidad de decir cosas y un estilo de vida.

Mucha gente dice que grabar en un sello multinacional no es más que un medio para llegar a más gente con su mensaje.

Fugazzi es el mejor ejemplo de que se pueden hacer las cosas por uno mismo. Las empresas multinacionales son las que eligen los gobiernos del Tercer Mundo, como el de este país. Deciden si acá tiene que haber una dictadura. Son los verdaderos dueños, los que manejan los títeres que después nos joden a nosotros. Son los que joden a nuestro pueblo, los que compran campos, los que joden al obrero. Están pudriendo todo el mundo. Entonces, ¿por qué regalarle lo que hacés a esa gente? A mí no me sobra el dinero, mas bien me falta. Una compañía nos hizo un ofrecimiento, pero a mí no me interesa. Ahora por ahí tendríamos una casa, tendríamos un colectivo para girar. Pero sería re-forro. Como esos grupos que protestan un par de años hasta que les hacen un ofrecimiento. Para nosotros esto es un estilo de vida. No puedo dejar de tomar un colectivo con nafta Shell, pero hay cosas que sí puedo evitar.

Los Inrockuptibles

#1. el principito hardcore | #2. hardcore sonriente y activo | #3. siempre verde |

#4. ¿cómo hace fun people, la banda que no toca por más de 7 pesos y vende sus discos a mitad de precio?

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